La psicología ambiental estudia cómo nos relacionamos con el entorno.
Sus inicios se remontan a más de sesenta años.
Dos psicólogos de la Universidad de Kansas fundaron una estación psicológica para estudiar a personas de entornos comunes en contextos naturales.
Seguro que tienes gran cantidad de recuerdos de momentos vividos.
Y aquello que te sucedió lo acompañas del lugar.
Puedes volver a percibir las sensaciones que tenías en aquel espacio.
Porque lo que nos sucede, en muchos casos viene determinado por el lugar.
Por ejemplo, una de las primeras veces que volvías a casa e igual pasabas por calles más desangeladas y oscuras. Seguro que recuerdas perfectamente lo que notaste o lo que pasó por tu cabeza.
La emoción que te da estar tocando el césped recién cortado.
Igual te viene a la mente aquel libro que leíste en aquella zona verde y la impresión que te produjo.
Una lectura no te deja el mismo sabor de boca, según el momento en el que la leas, pero también el lugar.
A mi hija pequeña, le cuesta conciliar el sueño, de hecho, se activa y en algunos casos no quiere dormir.
Entonces “me la llevo a la playa”, “vamos al mar”, le digo.
Le explico cómo sería estar en estiradas en la toalla.
Como sería escuchar las olas del mar, notamos la brisa en la cara.
Y nos dejamos alumbrar por un no excesivo sol, que acompaña, pero no abrasa.
La tranquilidad del espacio, la calma del momento, en muchos casos, la relaja.