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Como quien no quiere la cosa… crecemos, maduramos, evolucionamos, sufrimos cambios en nuestras vidas…
Y mientras tanto, al final del día, llegamos a nuestro hogar, aquel que se debe ir transformando y adaptando a cada una de nuestras etapas, para que nos haga de refugio, en todo momento.
Pero a veces, las situaciones nos sobrepasan, el corre corre, la falta de tiempo, de ideas, de visión global o de detalle. Y nuestra vivienda se va alejando, poco a poco, de nuestras necesidades, de nuestras inquietudes, de nosotros mismos.
En el podcast de Home Staging – marketing inmobiliario, se analizan todos aquellos ingredientes que bien combinados, contribuyen en la venta o alquiler de un hogar, de una forma más eficaz
Hoy quiero hablarte de las láminas, los cuadros y las fotografías que tienes, de lo positivo o negativo que pueden llegar a ser en el momento en el que decides vender tu casa.
Ahora, haz un stop y observa todas las paredes de tu hogar, también los estantes, bufes o lugares en los que tengas una imagen.
Míralas de forma objetiva y primero de todo, piensa ¿te siguen gustando como el primer día?
¿Te pasarías eligiendo que imágenes van a vestir tu hogar?
¿O, por el contrario, tienes un mueble abarrotado de fotografías de tu familia, con comuniones, bodas y postales de Navidad?
En cualquiera de los dos casos, sea por elección propia o no, cuando se trate de retratos, quizás los posibles compradores se sientan intimidados con tantas personas en el interior de tu casa. Y en muchos casos mirándolos.
Ya te he comentado, que entrar en casa ajena cuesta, porque sientes que estás invadiendo el lugar de otra persona, ¡bingo! De otra persona y ello va a hacer que no puedan imaginarlo como su futuro inmueble.
La primera recomendación es la de retirar todas las fotografías de la vista.
Si te cuesta el proceso del todo al nada, puedes escoger aquellas que más te identifiquen y recordar retirarlas en el momento de las visitas.
Pero si has decido acortar el camino, creéme que está muy bien pensado, ir desapegándote de tus paredes, te ayudará en su venta, y que mejor forma que apartar todo aquello que la hace tuya.
Vas a obtener con ello mudanzas menos estresantes. Si empaquetas con calma, te estás permitiendo elegir que te llevas y que no.
Que apartes todo aquello que te forma, no significa que no sigas sintiéndolo y respetándolo, pero debes entender que así estás jugando al quien es quien.
Y si vas descartando gafas, barba, color de ojos, etc, el radio de alcance va a ser muy pequeño.
Así que fuera cuadros con motivos significativos.
¿Adoras las pinturas o simplemente tienes algunas por llenar tus paredes, posters en las habitaciones de tus hijos y óleos en tu salón?
Imaginas por donde voy, si
No pretendo hacerle un desnudo integral a tu sitio, no te apures, que después lo vestimos.
Ahora imagina que las nuevas imágenes puedan hacerte ganar visitas.
Pero no solo lo imagines.
El reciclaje es lo primero, así que hay que sopesar el estado y estética de los marcos que puedan reutilizar.
Descarta encuadres recargados y colores que no encajen con el resto de la decoración.
Si ya tenías un estilo minimal en tus antiguas elecciones genial.
Si solo falla el color y te gustan las manualidades tienes una buena excusa para pintarlos:
El blanco da luz, amplitud y hace brillar la nueva lámina que vayas a colocar.
El negro puede ser un acierto donde la carpintería, o los elementos decorativos también sean oscuros.
Y si tienes un estilo más bien natural, las maderas con tonos suaves seguro que ya predominan en tu casa.
Atrévete con algún color cuando la estética no rompa, pero tampoco es bueno que el cuadro sea la pieza principal de la estancia.
En el Home Staging, un cuadro, una imagen, más bien acompañan.
Lo mejor es pensar en tu casa como un conjunto.
Y después divide por estancias.
Analiza que paredes están más despobladas.
Pero también asegúrate de que sean lugares principales y que vayan a apreciarse en las entradas a la estancia.
Si tienes una pared sin nada, pero no la vas a contemplar mucho una vez entres en la habitación, no te vale añadir ahí una lámina.
Puedes utilizar alguna de reglas que gustan al ojo humano:
La altura recomendada es la de la vista, la media es de un metro con setenta centímetros desde el suelo.
Pero cuando acompañen a un mueble, puede acercarse a él, para que no sea vea cada elemento, por un lado.
Por lo que, si sobre un sofá decides colocar tres cuadros, es preferible que estén más bajos.
O más altos si están en la pared de un bufé de buenas dimensiones, para que no queden pegados.
Algunos trucos más que, aunque quizás conozcas, no está de más recordarlos:
¿Cómo ves ahora tu casa? ¿Te gusta más?
Pero lo que es más importante:
¿Gustará más en general?
Y como quien no quiere la cosa, hasta aquí el programa de hoy . Así que nos seguimos encontrando cada viernes, si vosotros lo deseáis, en este nuestro lugar.
Y si queréis aclarar cualquier duda o conocer mis servicios, podéis hacerlo en comoquiennoquierelacasa.com/contactar
Para gente sensible con los detalles y previsión de bienestar.
*Música de dig.ccmixter.org