El agente abre la puerta y la entrada es algo baja y larga, el baño es muy pequeño y la cocina lo mejor de la casa.
Y ahora llega lo complicado, un comedor con demasiadas puertas:
1 una primera de acceso a la sala.
2 la que lleva a la habitación principal.
3 la de la segunda habitación.
4 la de una tercera habitación.
Por si fuera poco, una especie de pasillo, con una pared de ladrillo visto, da salida a un pequeño balcón.
Así que más que un comedor, la sensación es de distribuidor.
Y no te imagines un lugar con muchos metros, las dimensiones del salón son justas para tanta puerta.
Y ninguna pared permite una fácil distribución por la cantidad de puertas de las que te hablaba antes.
Después de visualizar, llega la pregunta:
“¿Puedes hacer un Home Staging sólo en el comedor?”
“No”, respondo rápidamente.
La historia se repite, ¿otro comedor y ya? No concibo un Home Staging en una única estancia.
El agente inmobiliario no tira la toalla y vuelve a intentarlo.
Sigo en el piso, dando vueltas a cómo amueblar ese complejo espacio, mientras voy pensando en qué no tiene sentido.
Pero entonces un “clic” en mi lo modifica todo.
Y es que no estaba mirando correctamente.
En este caso, no es un comedor amplio, no se pretende invertir para potenciar ese espacio y que el resto de la vivienda quede desangelada.