72.Miedos en el momento de vender tu casa
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Presentación:
Como quien no quiere la cosa… crecemos, maduramos, evolucionamos, sufrimos cambios en nuestras vidas…
Y mientras tanto, al final del día, llegamos a nuestro hogar, aquel que se debe ir transformando y adaptando a cada una de nuestras etapas, para que nos haga de refugio, en todo momento.
Pero a veces, las situaciones nos sobrepasan, el corre corre, la falta de tiempo, de ideas, de visión global o de detalle. Y nuestra vivienda se va alejando, poco a poco, de nuestras necesidades, de nuestras inquietudes, de nosotros mismos.
Introducción:
En el podcast de Home Staging – marketing inmobiliario, se analizan todos aquellos ingredientes que bien combinados, contribuyen en la venta o alquiler de un hogar, de una forma más eficaz
El miedo a que no se venda:
Es unos de los principales miedos que les surgen a los vendedores cuando deciden anunciar su vivienda en portales inmobiliarios o la ceden a profesionales para intentar venderla.
Y es que la compraventa de una casa se hace en contadas ocasiones en la vida.
Pueden darse diferentes motivos para que ese miedo se potencie:
Uno de ellos es la inexperiencia del propietario, por esas pocas veces en las que va a pasar por una operación de ese calibre.
Los trámites tanto de poner el anuncio, como del posterior papeleo no son sencillos.
Existe cierta desconfianza en el sector inmobiliario, igual que en el de cualquier sector en el que no se tengan reseñas acerca de la profesionalidad de la empresa o persona a la que se le contrata un servicio.
Ya que el dolor a pagar aparece por no saber con antelación si el pago será proporcional al servicio prestado.
Si tienes claro que el lugar en donde vivías, heredaste o incluso aún vives, tiene desperfectos y fallos actuales, los interrogantes crecen.
¿El visitante le dará importancia a esos desperfectos? ¿Sabes que no es justo vender así e incluso tú no comprarías si te encontraras con ellos en la situación contraria?
Tu casa ya no te enamora y no tienes claro que pueda enamorar a otros.
¿Cómo podrías solucionar ese primer miedo del que te hablo?
Un auténtico profesional te podrá acompañar o incluso gestionar todos esos trámites.
Con un precio justo y una correcta dirección hacia el papeleo final.
Habiendo pasado por un buen seguimiento de las visitas que se acabarán transformando en una buena venta.
Para dar con la persona adecuada, lo mejor son las valoraciones de anteriores clientes.
Las experiencias previas de personas que hayan pasado por la situación que tú estés ahora, serán el mejor referente.
Y si bien Google nos ayuda con eso, no hay mejor que el boca a boca.
Por lo que al inmobiliario también le interesa trabajar bien.
Si ha pensado en el producto como un sinónimo de cuidado del comprador:
Se percibe, se valora y suma para que nuevos clientes vengan.
Y ese dolor a pagar desaparece y se convierte en gratitud y en buenas reseñas.
Pero antes piensa que si un desperfecto va a ser un interrogante para llegar a una transacción segura ¿Por qué no solventarla previamente?
Es un engranaje que no debe saltarse para que la rueda de venta sea virtuosa.
Vas a ganar en tranquilidad.
Cuando sabes que estás haciendo lo que toca, esa preocupación desaparece de la ecuación.
¿Te inquieta que además de no vender, encima hayas gastado más dinero en esa reparación?
Dale la vuelta, te doy dos opciones:
- ¿Qué es peor una pequeña inversión de un que 1% del valor de la casa o seguro inferior? O una bajada de ¿un 5% mínimo qué es por donde se suele empezar?
- Incluso invierte y estarás revalorizando.
No des motivos a los visitantes para peticiones de ofertas y duerme mejor.
Miedo al tiempo:
El tiempo de venta puede ser relativo.
Lo que para ti sea mucho, igual es una media normalizada.
En cualquier caso, la incertidumbre, el no saber que puede pasar, a veces hace que nos pongamos en lo peor, en pensar que los meses pueden ir transcurriendo y que la casa no se venda.
Si además conoces el término de “vivienda quemada” puede asustarte más el reloj.
La casa que se quema en la jerga inmobiliaria es aquella que consigue un foco negativo.
Van pasando los meses y los que buscan un nuevo lugar donde quedarse, remirando en internet, la vuelven a ver, pero no les atrae, por el contrario, algo de ese anuncio les molesta, el precio, las fotografías o la falta de ellas, la luz, la poca descripción…
Se aprenden esa publicación de memoria casi fotográfica y cada vez que la miran les causa rechazo y aún más dudas:
“Tendrá algo seguro que no es bueno, por lo que sigue ahí”.
Como evitar que transcurra un tiempo elevado antes de que se venda tu propiedad:
Ofrece un buen producto.
¿Y cómo?
Ya te has puesto en manos de un profesional.
Y has reparado los pequeños desperfectos.
El anuncio será de diez, porque tendrás a un fotógrafo inmobiliario capaz de sacarle partido, realizando las mejores imágenes para el posterior anuncio.
Miedo a que el precio no sea el adecuado:
Desconocer el precio del mercado incrementa ese miedo, porque si no sabes lo que cuesta tu propiedad de forma justa, hace que las dudas crezcan por temor a equivocarte a la hora de valorar tu venta.
Y que los que buscan la perciban cara o barata, que también es perjudicial, porque sigue dando pie a más preguntas negativas o incluso a retóricas.
Miedo a vender a un precio bajo:
Asusta vender a un precio más económico de lo que debería ser porque evidente, no quieres perder dinero.
Existe la creencia de que el profesional inmobiliario te propone vender a coste muy ajustado o incluso por debajo del valor del mercado.
Ya que las pérdidas en sus ganancias no son muy elevadas.
Para resolver los miedos de precios:
La inexperiencia se puede solventar informándote bien de cómo está el de la zona, haciendo un estudio de mercado.
Para eso debes tener el temple de ver tu inmueble como un producto y despegarte de la parte sentimental.
Tampoco te sirve seguir pensando en lo que te queda por pagar o en lo que te costó.
Aun así, no es tarea fácil, por lo que debes dedicarle un tiempo razonable a todo ello.
Y el auténtico profesional te hará todos esos estudios de una forma rápida y segura, porque al final es a lo que se dedica y la experiencia es un grado.
Busca aquel que te comentaba, el que sepas que funciona, no vayas a ciegas.
Miedo a las visitas:
A que no existan o a que las que vengan no nos gusten.
No nos gusta que nos juzguen y menos que lo haga un desconocido.
Además, se da el apego hacia lo material, por lo que si tu casa aún tiene un valor sentimental, que alguien la infravalore te puede doler.
Te puedes sentir invadido, invasión de tu intimidad, de tus posesiones y de las de tu familia.
O de la que fue la casa de tus padres, la que has heredado y fue donde creciste. Si se meten con ella es como si lo estuvieran haciendo con los padres que ya no están y lo consideras una falta de respeto.
Resuelve:
La parte más personal de tu vivienda no necesita ser mostrada para ser vendida.
Es más, es un impedimento.
Igual que tu te sientes invadido por extraños, los visitantes sienten que están invadiendo tu espacio.
Retira todos los objetos personales, al menos para las visitas y para el reportaje fotográfico si vives en tu futura venta.
Aunque lo mejor es tenerla siempre lista para poder concretar citas sin problema.
Si no vives en ella déjala preparada siempre para que el camino sea más sencillo.
La limpieza siempre lista está implícita en esa previa preparación.
La pintura neutra: da sensación de nuevo, de pulcro, luz y equilibra.
Y la decoración equilibrada, sin un carácter fuerte es esencial, ya que se trata de que llegue a cuanta más gente mejor.
Miedo al gasto de mantenerlo sin venderlo.
Si es tu única casa, la que estás intentando vender, todo lo que te lleve tiempo también te llevará dinero.
Dinero para pagar el mantenimiento, la luz, el agua, el ibi.
Todas esas facturas se convierten en barreras hacia tu nuevo hogar.
Pero es peor si es una segunda residencia, porque es un costo doble que debes seguir asumiendo, el paso de los meses te va a incrementar esa imposibilidad de ahorros o de malabares para afrontar los pagos.
Imagina que encima la tenías alquilada, que hablaste con el inquilino para ponerla a la venta. La persona que vivía en ella, se busca otro espacio. Y esa propiedad ya no genera esos ingresos que te ayudaban en el día a día.
Sea de la forma que sea, todo te aleja de tu siguiente etapa.
Solución:
Todas las intervenciones de:
- Reparación de desperfectos.
- Pintura en caso necesario.
- Despersonalización.
- Fotografía profesional
- Junto con un plano de distribución.
- Y una descripción que enamore.
Son la suma de un trabajo de Home Staging.
Y con él y según las estadísticas de la Asociación de Home Stager, así una casa se vende siete veces más rápido.
Miedo a los okupas:
¿Quién no ha escuchado en las noticias, conoce alguna vivienda o incluso tiene algún familiar al que le haya ocupado su propiedad?
Si vives en la casa que quieres vender es más complejo, pero un piso vacío es un reclamo muy goloso para los okupas.
Por eso cuanto más tiempo pasa sin venderse un inmueble, más aumenta la preocupación de que entren de forma ilegal y se queden en él.
Y no sólo que entren si no que lo destrocen o que cueste recuperar tus paredes.
Y resolvemos:
Con la buena comercialización.
El precio justo.
Y la excelente presentación del producto.
Las tres patas que mi amiga Sara, de Aloha Home Staging, me recuerda siempre.
Y como quien no quiere la cosa, hasta aquí el programa de hoy . Así que nos seguimos encontrando cada viernes, si vosotros lo deseáis, en este nuestro lugar.
Y si queréis aclarar cualquier duda o conocer mis servicios, podéis hacerlo en comoquiennoquierelacasa.com/contactar
Para gente sensible con los detalles y previsión de bienestar.
*Música de dig.ccmixter.org