Hallamos en nuestras mentes el recuerdo de retratos sobre una mesa, sobre un buffet, sobre una cómoda. Hogares que estaban llenos de muchas imágenes. Actualmente si pensamos en la parte práctica: observamos polvo y poca facilidad para despejar ese lugar y darle otra funcionalidad.
Antiguamente el salón era para las visitas y la sala de estar para los de casa. Nos quedábamos con la parte más pequeña y menos lustrosa y el salón de museo: mirar, pero no tocar. Por suerte para nosotros, una vivienda ahora está compuesta de espacios polivalentes. En un salón podemos tener sala de juegos, despacho, área de descanso o punto de encuentro con amigos. Por ese motivo necesitamos zonas más despejadas, dónde aquello que coloquemos sea sencillo de retirar y a la vez no nos dé ya un fin demasiado marcado.
Quizás no es solo un recuerdo, quizás sigue ocurriendo en nuestras casas. Ahora queremos darle ese aire renovado, teniendo a la par, un espacio más despejado y nuestra galería en aquella pared que tan vacía se sentía.