Una vivienda a medio camino entre el escaso mueble y el estar vestida.
Donde los espacios se transitaban sin vida.
Una vez completada, se respiraba a hogar para ser mejor vendida.
Dos semanas bastaron para que su nuevo propietario llegara a ella.
El color de los muebles fue el punto de partida para el foco principal de las distintas tonalidades.
Un negro elegante fue el protagonista.