94.Hacer obra no me va a dar más de lo que pido ¿Qué hago?
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Presentación:
Como quien no quiere la cosa… crecemos, maduramos, evolucionamos, sufrimos cambios en nuestras vidas…
Y mientras tanto, al final del día, llegamos a nuestro hogar, aquel que se debe ir transformando y adaptando a cada una de nuestras etapas, para que nos haga de refugio, en todo momento.
Pero a veces, las situaciones nos sobrepasan, el corre corre, la falta de tiempo, de ideas, de visión global o de detalle. Y nuestra vivienda se va alejando, poco a poco, de nuestras necesidades, de nuestras inquietudes, de nosotros mismos.
Introducción:
En el podcast de Home Staging – marketing inmobiliario, se analizan todos aquellos ingredientes que bien combinados, contribuyen en la venta o alquiler de un hogar, de una forma más eficaz
Hacer obra no me va a dar más de lo que pido ¿Qué hago?
Hoy quiero darte más opciones.
A veces no vemos más allá de lo que hay.
Porque estamos tan metidos en el asunto, que si no salimos de él y lo vemos desde fuera no podemos mirar con otras gafas.
Quieres vender tu piso de soltero.
Sabes que aquella casa necesita de cambios, que tal y como está no se siente nada atractiva.
Ha pasado ya bastante tiempo desde que la compraste, pero siempre ha sido un problema para ti.
Hoy en día vale menos de la mitad de lo que te costó y no quieres perder ni una moneda más en ella.
En su día pagaste mucho más de lo que te hubiera gustado, pero en aquel momento:
- Tu corta edad.
- La falta de conocimientos financieros.
- Más la situación del momento (plena burbuja inmobiliaria).
Hicieron que te hipotecaras por una cantidad que te ha arrastrado durante mucho tiempo.
La verdad es que hubieras querido ir de alquiler, porque no sabías que harías más adelante, eras adolescente y no tenías ni idea de donde acabarías.
Miraste alquileres en su día, pero estaban inaccesibles.
Estuviste visitando algunos y llegaste a dos conclusiones:
Bien tenías que llamar a la policía para que te hicieran de escolta, porque eran zonas que en su momento eran algo inseguras, donde jamás te hubieras visto viviendo y con muchas carencias en su interior.
O la segunda opción, dónde pedían auténticas barbaridades de dinero.
Por circunstancias, no tenías opción de volver a tu hogar familiar.
Y sólo te quedaba comprarte espacios reducidos, que hoy en día y con perspectiva no acabas de entender como podían haberse habilitado como casas.
Aun dudas de como consiguieron cédula de habitabilidad.
Al final te dejaste llevar por la corriente.
Han pasado algunos años y has evolucionado.
Formaste una familia y junto con ellos quieres encontrar un lugar donde quedarte ya de forma casi definitiva.
Pusiste la vivienda en alquiler, no te cubre todos los gastos, pero se va pagando.
Y recuperaste una ciudad donde si querías estar, esta vez viviendo de alquiler.
Pero ahora llevas un tiempo dándole vueltas de nuevo a aquella fastidiosa compra, porque es ruido en tu cabeza.
Ruido que no te deja avanzar.
Y porque te has mudado como diez veces desde entonces.
Ya que con los años te diste cuenta de que en aquella ciudad no querías estar.
Ahora ya te has hecho mayor y quieres permanecer de forma definitiva en un sitio, sin preocuparte en la existencia de prolongaciones de contratos de alquiler.
Y estás en ese momento en el que tienes el pálpito de lo que te queda por pagar es la hipoteca que nunca has querido amortizar.
Pero tampoco tienes claro como estará aquel piso después de diez años arrendado.
Decides dar el salto y lo hablas con tu inquilino.
Vender y minimizar ese ruido del que te hablaba y también tus espacios.
Te sabe mal por él, se lo expresas y lo entiende a la perfección.
Le das un tiempo prudencial para que pueda buscar un nuevo lugar, no te va de unos meses y quieres que todas las partes se queden bien.
El disgusto te lo llevas cuando compruebas in situ que hay que cambiar elementos que con el uso ya no están como al principio.
Incluso la cocina debería actualizarse.
Las paredes de la terraza en algunas partes, desconchadas.
Y el suelo ya en su día, lo tendrías que haber arreglado.
Con las fuertes lluvias y donde se acumula agua, con los años se ha ido desgastando, está muy feo.
Se te hace cuesta arriba.
No quieres perder más dinero ahí.
Hacer obra sería invertir sin invertir, porque eres muy realista, sabes que no vas a vender por más del precio de mercado actual.
Y eso supone liquidar la hipoteca y poco más, pero tal y como se encuentra ahora mismo, solo va a asustar.
También necesita una mano de pintura, eso es primordial.
A tu inquilino le gustaban los colores fuertes y los espacios se ven más pequeños de lo que recordabas.
Él no ha cuidado mal tu propiedad, se han ido deteriorando algunas cosas, con el paso de los años y quizás no le ha dado importancia.
Ya que durante todos estos años no te mencionó nada.
Y los azulejos de la cocina, con esos tonos tan oscuros, no dejan ver la cantidad de luz que entra por la ventana.
Te horroriza pensar en cambiarlos.
Recuerdas que tu chica te habló hace unos días de un chico al que seguía por Instagram, hacia reformas sin obra, baños y cocinas lo que más.
Tu pareja te había enseñado algunas fotos, pero no habías prestado mucha atención.
Por la noche, cenando, le sacas de nuevo el tema.
Vuelve a sacar las fotos y empieza a explicarte que realiza muchas de esas reformas para gente que vive en esas casas, pero otras tantas para vender.
Después de unos días decides hablar con ese chico que tantos cambios logra a coste bajo.
Sin antes no haber buscado una empresa de reformas que te diera precios para comparar.
Quedáis en tu inmueble y te explica todas mejoras que llevaría a cabo y se te hace muy cuesta arriba.
Pero cuando te da números no puedes creértelo.
Es un 10% del presupuesto con obra.
Vuelves a mirar resultados de proyectos anteriores y decides tirar para adelante.
Muchas de las soluciones se llevan a cabo gracias a la pintura, se tapan colores oscuros, incluso en azulejos y se sanean los espacios.
En la terraza proteges el suelo con la instalación de un bonito césped artificial y arreglas los desconchones de la pared.
Después el chico reaprovecha aquellos muebles dándoles también un toque de color.
Y viste todo el inmueble con un toque desenfadado y actualizado.
Decora y realiza unas bonitas fotografías para el anuncio.
No solo se vende, si no que no pierde tiempo ni dinero ya que ha sido tan pequeña la inversión que ha hecho que ha podido recuperarla en el precio final de venta.
Ahora ya está tranquilo, sabe que siempre hay más caminos, solo debían mostrarlos.
Y como quien no quiere la cosa, hasta aquí el programa de hoy . Así que nos seguimos encontrando cada viernes, si vosotros lo deseáis, en este nuestro lugar.
Y si queréis aclarar cualquier duda o conocer mis servicios, podéis hacerlo en comoquiennoquierelacasa.com/contactar
Para gente sensible con los detalles y previsión de bienestar.
*Música de dig.ccmixter.org