44.Home Staging en terrazas

44.Home Staging en terrazas

Presentación:

Como quien no quiere la cosa… crecemos, maduramos, evolucionamos, sufrimos cambios en nuestras vidas…

Y mientras tanto, al final del día, llegamos a nuestro hogar, aquel que se debe ir transformando y adaptando a cada una de nuestras etapas, para que nos haga de refugio, en todo momento.

Pero a veces, las situaciones nos sobrepasan, el corre corre, la falta de tiempo, de ideas, de visión global o de detalle. Y nuestra vivienda se va alejando, poco a poco, de nuestras necesidades, de nuestras inquietudes, de nosotros mismos.

Introducción:

En el podcast de Home Staging – marketing inmobiliario, se analizan todos aquellos ingredientes que bien combinados, contribuyen en la venta o alquiler de un hogar, de una forma más eficaz

Hoy es día de hablar de tipologías de Home Staging, pero en este caso más que de un tipo, quiero hablarte de una parte muy importante de la vivienda.

El Home Staging en terrazas es un imperdible siempre, pero ahora que se acerca el buen tiempo más todavía.

He de confesarte que soy una apasionada de las terrazas, seguramente por lo que me evocan.

Crecí como pequeña de tres hermanos, con 5 y 10 años de diferencia, por lo que cuando ellos ya estaban descubriendo mundo, yo seguía pasando muchas horas en casa.

La parte favorita era la terraza, una terraza de cuarenta metros cuadrados rodeada de unas maravillosas plantas a lo largo de todo el perímetro.

Una mesa redonda de mármol y unas sillas forjadas presidían una cuarta parte.

Por lo que me quedaba mucho espacio para jugar.

Esas sillas a la vez hacían de cabaña, junto con una sábana blanca, acababan siendo las protagonistas en el centro de ese maravilloso exterior.

Vamos, que me montaba una casa en toda regla, en la que pasaba muchos ratos jugando.

El fin de semana, el escenario era distinto.

Una antigua casa con un gran huerto y unos enormes muros, que lindaban con los edificios contiguos, en plena ciudad y escasos metros de mi casa, era el lugar donde pasaba las horas.

Mi padre habló con el dueño, era un lugar abandonado, que esperaba su derribo para la construcción de un enorme bloque.

Le pidió al propietario dejárselo mientras su fin no llegara, haría un bonito huerto y les daría cosecha en cuanto empezara a nacer.

Recuerdo el primer día que entramos.

La hierva era más alta que yo, todo estaba completamente dejado.

Mi padre se pasó horas y horas hasta que pudo mostrarse de nuevo el encanto de aquel lugar.

Yo le acompañaba todos los domingos por la mañana y mientras él cultivaba ese huerto con unos sabrosos tomates, que no podían esperar a la mesa.

Una servidora observaba cómo enredaban las hiedras por esas vistosas paredes, tanto las de la casa como la de cierre perimetral de la finca.

Me encantaba recorrer el verde que a su vez pintaba todo el decorado de aquel lugar y una buena silla hacía más larga la estancia.

Y quizás por eso, no puedo parar de cotillear todas las terrazas que encuentro en mi camino.

Ahora me siento afortunada, descubriendo nuevas vistas cada vez que preparo una vivienda.

No paro de observar por las ventanas, cuando voy colocando las cortinas, la cantidad de enormes exteriores que hay por toda mi ciudad.

Y me da mucha pena, cuando veo metros y más metros de despobladas baldosas.

A lo sumo, cuatro macetas o cinco, decoran tímidamente esos diamantes en bruto.

Y no puedo evitar pensar en la fantástica jungla que aún conserva mi madre.

¿Por qué todos esos metros vacíos?

Algunas tienen mesa y sillas, pero apartadas, plegadas e incluso tapadas en la mayoría de los casos.

Las pobres esperan a ser utilizadas como aquel traje que te compraste para aquella cena tan especial.

Un traje que te sienta tan bien… y que temes volver a utilizar para que no se estropee.

Los años pasan y el momento mejor para disfrutar de algo es siempre y en cualquier momento.

¿Para qué tener unos exteriores tan desangelados?

Está claro que después de un confinamiento, hemos aprendido a valorar mejor todos esos espacios.

Cuando me acerco físicamente a tiendas de decoración, disfruto viendo cómo los escaparates de mobiliario exterior han aumentado.

Me apasiona observar a la gente eligiendo sus nuevos conjuntos.

Pero aun así queda mucho por hacer.

Disfruta de esa maravilla que tienes y si ya decidiste irte, deja que otro la disfrute por ti.

Si vas a vender tu vivienda y tienes la suerte de poder ofrecer una buena terraza, no la muestres vacía.

El eco no sólo va a sonar esas paredes, también lo hará en la cabeza de tu comprador.

Pensará en todo ese espacio de más que le puede incluso sobrar.

Ese espacio que hace que la vivienda se encarezca.

Y qué decir cabe, si tiene desconchones, o alguna pequeña grieta, aún resonará más fuerte.

Se le hará un mundo tener que arreglar ese lugar.

Pónselo fácil.

Primero arregla cualquier desperfecto.

No te hablo de hacer obras, sólo repara, seguro es a pequeña escala.

O qué alguien lo haga por ti.

Y seguidamente viste esa estancia.

Recrea una zona con mesa y sillas, si las tienes sólo tienes que utilizarlas.

Vístelas como un bonito mantel, unas alegres servilletas o un camino de mesa primaveral.

Si las sillas dan pie, unos cojines mullidos serán el lazo final.

Ahora prepara un desayuno, un café y unas tostadas, unas pastas.

Después de la visita ya tendrás el desayuno hecho, nada que perder.

Si tienes lugar para más, extiende una buena hamaca, junto a un libro.

Las alfombras de exterior van a arropar el pavimento y le van a dan color.

Y que no falten las plantas.

No hace falta que montes una jungla y esperes a tarzán, pero si haces que la naturaleza asome, crecerá el bienestar del potencial comprador.

La naturaleza calma los niveles de ansiedad.

Y mejora el ánimo.

¿Será casualidad que mi madre es una persona optimista y calmada?

Seguro que todo ayuda.

Puedes finalizar la labor de mostrar la potencial terraza, decorándola con farolillos de suelo o de guirnaldas de pared, de luces y colores.

Un bonito jarrón y unas agradables flores en su interior pueden darle el toque final.

Pero no olvides la iluminación.

Lo suyo es que las visitas vengan de día, pero no siempre va a ser posible.

Crea una atmósfera acogedora con las luces de ambiente y decorativas.

E ilumina con luz general lo necesario para que esa parte de tu casa luzca.

Quizás tu futura casa ya tenga también una bonita terraza.

Entonces una vez recrees el escenario para tu efectiva venta.

Estarás deseando desmontar toda la ornamenta para llevártela a tu nuevo hogar.

Porque seguro que tú también te has enamorado de esa recreación.

Ahora ya no van a ver tu terraza como algo que haya que arreglar.

Un lugar que quizás no se utilice.

O una parte de la vivienda que esté haciendo más caro el resto.

Si a ti te enamora imagina a quien esté más predispuesto.

Porque recuerda esa persona está buscando un flechazo.

Tu terraza es un nuevo amor y tú has hecho de cupido.

Que mejor forma para comprar una casa.

¡Ah! ¿Qué allí dónde vas no hay terraza? ¿Qué te sabe mal invertir en un mobiliario o en una decoración que no te vas a poder llevar?

Pregúntale al señor Google que Home Stager tienes cerca.

Esa persona tiene la labor de recrear esa escena.

Ya tiene todo el material y si no lo tiene, porque tú terraza es especial y la quiere adaptar aún mejor, se encargará de hacer una buena búsqueda.

Y tú sólo pagarás por ese servicio.

Esa escena que potencia tus exteriores.

Y que va a ayudarte muy mucho en tu venta.

¿Y ahora dime, cómo ves tu terraza ahora?

Y como quien no quiere la cosa, hasta aquí el programa de hoy . Así que nos seguimos encontrando cada viernes, si vosotros lo deseáis, en este nuestro lugar.

Y si queréis aclarar cualquier duda o conocer mis servicios, podéis hacerlo en comoquiennoquierelacasa.com/contactar

Para gente sensible con los detalles y previsión de bienestar. 

*Música de dig.ccmixter.org

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